La nueva generación
El Congreso Feminista Latinoamericano de 1983 declaró el 22 de julio como el Día Internacional del Trabajo Doméstico, con el propósito de que se valorara y de que, al menos ese día, las amas de casa no realizaran ningún quehacer en casa.
Elia González señaló que en aquél tiempo la mayor parte de las mujeres eran las responsables del cuidado de los hijos y de las tareas del hogar, pero desde que tuvieron que salir a trabajar y apoyar los gastos familiares, los hombres se enfrentaron a dos opciones: ayudar a su pareja o dejar que el desorden y la suciedad imperasen en su casa.
Por eso es que desde 1998 el número de hombres mayores de 12 años de edad que realizan actividades domésticas aumentó 12 puntos porcentuales, mientras que en las mujeres fue sólo 1%.
"Es cierto que esta tendencia aumenta, pero lentamente. Lo ideal es que la participación sea equitativa y que los hombres vean las labores domésticas como una actividad para sobrevivir y no como un castigo o un daño a su masculinidad", reitera.
Reconoce que la aún escasa participación de los hombres en los quehaceres del hogar se debe a que hace 30 años las mamás educaban de diferente forma a niños y niñas, responsabilizando por completo a éstas últimas de todos los quehaceres.
"En esta generación se nota más el cambio, ya se logra ver como algo normal en las parejas y como algo necesario en el caso de los solteros", dijo la funcionaria de Inmujeres.
Soy autossuficiente
Miguel Ángel admite que en su niñez nunca acostumbró hacer el quehacer. "Todo me lo hacían", pero cuando se casó ayudó a su pareja.
"Mi mamá me decía, aprende a hacer tus cosas porque si te casas y te toca una esposa floja vas a sufrir. Por fortuna mi ex mujer no era floja, pero sentí la necesidad de ayudar".
Se separó hace año y medio; ahora vive solo en un departamento.
"Yo llego muy cansado de trabajar en las noches y me gusta ver mi casa limpia... me gusta hacer de todo, menos planchar ni tampoco me gusta hacer reparaciones.
Además, ahora la vida es más sencilla, uno se puede comprar una lavadora o ir a la lavandería, a la tintorería y calentar la comida en el horno de microondas... Me gusta vivir así, porque soy autosuficiente", planteó.
(Disponible en http://www.analitica.com/mujeranalitica/noticias/3899396.asp fragmento)